Estas esculturas luminosas están hechas de tubos de plexiglás translúcidos, en los que se colocan bolas de vidrio soplado. En el interior del vidrio se colocan hilos de fibra óptica que los iluminan.
El vidrio se sopla en la tierra, creando una huella mineral en el material.
Desde un punto de vista simbólico, el soplado del vidrio en la tierra hace referencia a la génesis de la humanidad y al ciclo de la vida. Colaboración con el soplador de vidrio Régis Anchuelo